El IMBICE festejó sus 50 años

La jornada contó con un repaso de los principales hitos científicos del IMBICE y la presentación de algunos proyectos de investigación actuales y futuros.
Roberto Salvarezza, presidente de la CICPBA, también habló durante la bienvenida.
Juan Ennis, vicedirector del CONICET La Plata, durante el acto de apertura.
Mario Perelló, director del IMBICE.
El IMBICE celebró sus 50 años de vida en la sede del CONICET La Plata. FOTOS: CONICET Fotografía/ Rayelen Baridon.

El cincuentenario del Instituto Multidisciplinario de Biología Celular (IMBICE, CONICET-UNLP-CICPBA) tuvo su acto conmemorativo en la sede del CONICET La Plata y contó con la palabra de autoridades del sistema científico y académico de la región, como así también de referentes históricos del espacio de investigación que repasaron los principales hitos de  su trayectoria. El evento abrió con el saludo de bienvenida de su director, Mario Perelló –ganador del Premio Houssay 2020, otorgado por el entonces Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación–, quien comenzó agradeciendo a aquellas personas que lo convencieron de organizar una celebración por la fecha a pesar del difícil momento que atraviesa el sector científico en el país. En ese sentido, confió en que sería “una jornada de encuentro y reflexión de la que todos y todas disfrutarían”.

Para dar cuenta de la magnitud del tiempo transcurrido desde la creación del instituto, Perelló reveló que “en el año de su fundación, 1974, más del 80 por ciento de quienes trabajamos hoy allí, aún no habíamos nacido, pero el IMBICE ya estaba allí”. En la misma línea, subrayó que “tampoco existían por entonces la técnica de PCR para diagnóstico de enfermedades, ni los anticuerpos monoclonales, que le valieron el Premio Nobel a César Milstein una década después”. Además de un espacio con mucha historia, el IMBICE es, en palabras de su director, “un sueño hecho realidad, porque en su momento concretó lo que soñaban sus creadores: un centro de investigación científica que brinde servicios a la comunidad”. Asimismo, instó a no perder de vista que “el IMBICE se sigue consolidando todo el tiempo a través de sus publicaciones, de las casi 150 personas que se han doctorado, y de investigaciones que están a la vanguardia mundial, y por todo esto debemos estar orgullosos de ser parte de él”.

Quien le siguió en la apertura del evento fue Juan Antonio Ennis, vicedirector del CONICET La Plata, que recordó que “las celebraciones son una oportunidad de autoreflexión, y 50 años es mucho tiempo; es un aniversario que no va a pasar desapercibido. Es momento de situarnos, pensar quiénes somos como comunidad científica y honrarnos por todo lo que hacemos”. En esta línea, retomó el concepto de orgullo mencionado por Perelló, aduciendo que es lo que define a la ciencia argentina, de la cual “una parte muy importante transcurre precisamente en el IMBICE”. Cabe mencionar que el mencionado instituto funciona en un edificio ubicado en calle 526 entre Camino Belgrano y 10 de La Plata, y desde sus inicios aborda temas de suma importancia en áreas como la medicina, bioquímica, genética humana y animal, neurociencias y biotecnología. Asimismo, se destaca por la prestación de servicios atendiendo necesidades de la comunidad en general, tanto en su rama científica como social, civil y judicial.

La presentación del acto continuó con el saludo de Roberto Salvarezza, presidente de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires (CICPBA), quien comenzó proponiendo al personal del IMBICE el desafío de escribir las memorias del instituto para no perder “tan valioso acervo científico”. También, en su discurso, el funcionario apuntó que “cinco décadas de crecimiento a lo largo de buenos y malos momentos es una clara muestra de la resiliencia, y el IMBICE, como la ciencia argentina, tienen mucho de eso”. Aunque aludió al complejo contexto nacional y admitió que “el daño causado es muy profundo”, enfatizó que “no nos van a destruir; ningún país destruye su propio sistema de ciencia porque eso es un absurdo”. A su tiempo, Eduardo Cruz y Silvana Stewart, decano de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo (FCNyM) y vicedecana de la Facultad de Ciencias Exactas (FCEx) de la Universidad Nacional de La Plata, respectivamente, felicitaron al IMBICE por su cincuentenario y dedicaron algunas palabras en la ocasión.

La jornada continuó con la disertación del investigador del CONICET Alejandro Bolzán, quien repasó los hitos científicos y anecdotario del IMBICE, para luego dar paso a un homenaje por sus aportes a la investigadora jubilada Lidia Arbeletche de Vidal Rioja, una de las fundadoras y primera vicedirectora del instituto, al tiempo que se recordó a Florencia Di Rocco, investigadora recientemente fallecida. Las siguientes charlas, enmarcadas en una presentación titulada “Actualidad, perspectiva y proyectos destacados del IMBICE”, estuvieron a cargo de las científicas y el científico del CONICET Graciela Bailliet, Andrés Giovambattista, Cecilia Catanesi, y Silvia Alonso, y en representación de las voces de la Nueva Generación de Investigadores, el becario posdoctoral Franco Barrile. La actividad finalizó con una exhibición de pósters de trabajos científicos.


Créditos: Texto: Prensa CCT-La Plata; Imágenes: CONICET Fotografía/ Rayelen Baridon

El IMBICE lamenta el fallecimiento de la Dra. Florencia Di Rocco

Comunicamos con profundo pesar el fallecimiento de la Dra. Florencia Di Rocco. Florencia se incorporó al IMBICE en el año 2002, donde forjó a partir de entonces una prolífica carrera científica en diversas áreas de la Genética, haciendo notar su gran capacidad analítica, además de su permanente entusiasmo y dedicación a la investigación.

Luego de obtener su doctorado en Ciencias Exactas, ingresó a la carrera de Investigador de la CIC, donde alcanzó la categoría de Investigadora Independiente. En los últimos años tuvo a su cargo la dirección del Laboratorio de Genética Molecular del IMBICE, a la vez que participaba del Servicio de Identificación Genética y dirigía diversos recursos humanos.

Su destacada labor le mereció la obtención de numerosos subsidios, nacionales e internacionales, para continuar sus investigaciones principalmente en la temática de Camélidos Sudamericanos.

Florencia, fue una persona franca y positiva, inteligente, integra y empática. No todo le resulto fácil en su carrera científica, pero se sobrepuso y lucho arduamente para lograr sus objetivos y también el desarrollo de las personas que dirigía. No sólo se hará sentir su ausencia como una destacada científica, sino que la extrañaremos como la excelente compañera y amiga que fue.

La partida de Flor nos produce a todos una profunda tristeza.

Concurso de precios Nº 003/2023 “Adquisición e instalación de equipos de aire acondicionado para el IMBICE”

Tenemos el agrado de dirigirnos a Ustedes, a efectos de invitarlos a participar del CONCURSO DE PRECIOS Nº 003/2023 “ADQUISICIÓN E INSTALACIÓN DE EQUIPOS DE AIRE ACONDICIONADO PARA EL IMBICE”.

Los pliegos podrán ser solicitados al correo electrónico administracion@imbice.gov.ar o retirarse sin costo alguno, entre los días 14/07/2023 y 25/07/2021, en el horario de 8:30 hs. a 15:30 hs. en el edificio del IMBICE, sito en calle 526 s/n entre 10 y Camino General Belgrano de la ciudad de La Plata.

La presentación de las ofertas se hará en el domicilio actual del IMBICE en la forma establecida en el art. 11 del pliego de Condiciones Generales, aceptándose la recepción de las mismas hasta las 09:00 horas del día 01 de agosto de 2023.

El acto de apertura se realizará en el mismo sitio, a las 09:30 horas el 01/08/2023.

Nuevos aportes de investigadores del CONICET sobre la biosíntesis de insulina

Investigadores de la Universidad Nacional de Quilmes en colaboración con colegas de la Universidad Técnica de Dresde de Alemania proponen un nuevo paradigma en torno al proceso de biosíntesis de insulina.

Investigadores del Grupo de Biología Estructural y Biotecnología de la Universidad Nacional de Quilmes vinculado al Instituto Multidisciplinario de Biología Celular (IMBICE–CONICET–UNLP) en colaboración con el laboratorio del Dr. Michele Solimena del Instituto Paul Langerhans y la Facultad de Medicina de la Universidad Técnica de Dresde, Alemania, publicaron recientemente nuevos avances en el estudio de la diabetes desde la perspectiva de la biología estructural moderna. El artículo fue publicado en la renombrada revista Protein Science.

ICA512 y fogrina son proteínas de membrana que se expresan en las células beta pancreáticas. En estas células, ambas proteínas están directamente involucradas en la biosíntesis y el recambio de los gránulos de secreción (GS) de insulina y su disfunción conlleva, en última instancia, al desarrollo de diabetes.

En los últimos años, los grupos de Argentina y Alemania se han enfocado en el estudio de un dominio particular de ICA512 denominada RESP18HD el cual guarda homología de secuencia con otra proteína de los GS denominada Proteína endocrina específica regulada (Resp18). El aumento de la concentración de glucosa estimula la expresión de estas proteínas que, a su vez, estimulan la biogénesis de nuevos GS de insulina en las células beta.

© Frank Möller | PLID TUD Dresde

“Hace pocos años demostramos que RESP18HD inhibe la formación de fibras de tipo amiloide de insulina en experimentos in vitro y también demostramos que juntas—RESP18HD e insulina, aclara—forman partículas amorfas que precipitan”, explica la Dra. Pamela Toledo, becaria postdoctoral del CONICET y primera autora del trabajo. “En este trabajo—continúa—ampliamos los estudios de interacción de RESP18HD con la proteína precursora de la insulina, es decir, con proinsulina. La formación de los GS de insulina es el último eslabón de la cadena. Para ello, antes deben ocurrir numerosos procesos en diferentes condiciones fisicoquímicas y allí es dónde está involucrada la proinsulina”.

“Este trabajo se enmarca en un proceso biofísico y bioquímico que se encuentra en una etapa de intensa investigación en todo el mundo y es el de los condensados biomoleculares. Podemos imaginar que un biocondensado es como tener una gota de un líquido dentro de otro líquido que coexisten en armonía pero no se mezclan y esas gotas están formadas, en este caso, por una o más proteínas pero también por material genético como ARN y proteínas. Lo que nosotros logramos observar es que la proinsulina por sí sola es capaz de formar estos biocondensados a un pH similar al que se encuentra en la vía secretora”, agrega el Dr. Diego S. Vazquez, investigador del CONICET y coautor del trabajo. “Esta capacidad de la proinsulina seguramente tenga un rol muy importante en el correcto plegado de la proinsulina lo que permite que en última instancia se formen los depósitos de insulina correctamente y estén disponibles cuando el cuerpo lo necesite” agrega el investigador.

“Cada vez se encuentran más y más ejemplos de procesos celulares donde intervienen los condensados biomoleculares de forma normal pero también es un fenómeno asociado a numerosas enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y fue observado en la formación y replicación de diferentes virus lo que transforma al tema es un hot topic“ agregan los investigadores.

Investigadores:

Pamela L. Toledo. Becaria Postdoctoral CONICET
Diego S. Vazquez. Investigador Asistente CIC-CONICET
Alejo R. Gianotti. Becario Postdoctoral CONICET
Milagros B. Abate. Estudiante Lic. Biotecnología UNQ
Juha M. Torkko. UT, Dresde, Alemania
Carolin Wegbrod. UT, Dresde, Alemania
Michele Solimena. UT, Dresde, Alemania
Mario R. Ermácora. Investigador Principal CIC-CONICET

Link al artículo:
Toledo PL, Vazquez DS, Gianotti AR, Abate MB, Wegbrod C, Torkko JM, Solimena M, Ermácora MR. Condensation of the β-cell secretory granule luminal cargoes pro/insulin and ICA512 RESP18 homology domain. Protein Sci. 2023 May 9. DOI: 10.1002/pro.4649.

Evidencia genética revela que la ocupación humana de Sudamérica habría ocurrido hace más de 18 mil años

Un grupo de investigación del CONICET secuenció completamente un conjunto de muestras pertenecientes a linajes nativos del continente y pudo determinar cuándo fueron las primeras poblaciones. Además, el estudio da cuenta del impacto que tuvo sobre aquellos grupos un periodo de cambio climático acontecido cerca de 12 mil años atrás

Por: Marcelo Gisande

El poblamiento de América es el eje de un interesante e incesante debate desde hace décadas, y aún hoy las preguntas sobre cuándo y dónde se establecieron con certeza los primeros grupos humanos permanecen abiertas. Las hipótesis son varias: el modelo conocido como teoría Clovis postula que los asentamientos iniciales tuvieron lugar hace alrededor de 13 mil años con la cultura Clovis en América del Norte; otro modelo, que es el que actualmente reúne mayor evidencia, propone que el ingreso a América fue 18.500 años atrás, pero la llegada a América del Sur se dio muchos miles de años después; y una tercera vertiente, que cuenta con varios sitios arqueológicos que la refrendan, ubica la llegada de los primeros humanos a Sudamérica hace más de 18 mil años. Esta última tendencia acaba de cobrar mayor fuerza gracias a un estudio genético realizado por un equipo de investigación del Instituto Multidisciplinario de Biología Celular (IMBICE, CONICET-UNLP-CICPBA) y publicado en la prestigiosa revista científica Plos One.

Basado en la tesis doctoral de Paula Paz Sepúlveda, primera autora de la publicación, el estudio construye un árbol filogenético, es decir un diagrama de relaciones de parentesco, tomando como base las secuencias completas del cromosoma Y –material genético que define exclusivamente al género masculino– de 13 individuos de los que, por estudios anteriores, se sabía que portaban marcas bien típicas de linajes nativos americanos. Esa secuenciación se contrastó con cerca de 100 muestras de bases de datos de secuencias provenientes de distintas partes del mundo y pertenecientes al Haplogrupo Q, una serie de alelos presentes en una región determinada del cromosoma Y que representa a linajes ancestrales del continente.

“Las 13 muestras argentinas que utilizamos fueron recolectadas previamente por el doctor Claudio Bravi, investigador del CONICET en nuestro instituto, en personas con ancestros aborígenes que voluntariamente participaron de distintos proyectos sobre la historia de las poblaciones urbanas del interior del país”, comenta Graciela Bailliet, investigadora del CONICET en el IMBICE y una de las autoras del trabajo. “Las secuencias que presentaban eran de interés para nuestro estudio porque pertenecían a los sub-haplogrupos Q-M848 y Q-Z780, marcas genéticas bien específicas de linajes nativos americanos, el primero en alta frecuencia y el segundo en baja frecuencia en las poblaciones actuales. También, una de las muestras era particularmente interesante porque pertenecía al linaje Q-F4674 que no se identificaba como nativo, pero lo vimos presente y nos llamó la atención para estudiarlo más en profundidad”, añade Paz Sepúlveda.

“Los estudios de filogenia, es decir la historia evolutiva de una especie, realizados a partir de la secuencia completa de material genético son relativamente nuevos”, cuenta Marina Muzzio, investigadora del CONICET en el IMBICE y también autora del trabajo. “Recién en la última década se volvieron más accesibles los costos de las plataformas de secuenciación y los grupos de investigación comenzaron a utilizarlas. En ese sentido, particularmente las secuencias de cromosoma Y nativas americanas son pocas, y nuestro árbol filogenético es lo más robusto que hay en cuanto a cantidad de información”, agrega.

El aporte principal del trabajo es que, gracias a la nueva información que aportan las secuencias completas, logra ubicar temporalmente el ingreso de las primeras poblaciones humanas a Sudamérica antes de los 18 mil años y, además, arroja información sobre cómo fueron las conexiones que se dieron entre los primeros grupos de habitantes: “Surgen interacciones interesantes de ver, como por ejemplo linajes característicos del Nordeste de nuestro país que están relacionados con muestras de los Andes peruanos y de la región Andina de Bolivia con más de 12 mil años de antigüedad. Esto permite cuidar una historia de interacción entre nuestros ancestros, presentando nuevos datos que, en algunos casos, todavía no están en los libros de Historia”, destaca Paz Sepúlveda.

Otro aporte interesante del estudio es la evidencia que arroja sobre el impacto que pudo haber tenido en las primeras poblaciones americanas el periodo de cambio climático abrupto conocido como Younger Dryas, o Dryas reciente, hace aproximadamente 12.800 años, que fue más estudiado en el hemisferio Norte pero que también cuenta con evidencias arqueológicas que sugieren que en el hemisferio Sur provocó la extinción y disminución de la megafauna a gran escala, y la disminución y reorganización de las poblaciones humanas”, comenta la doctora en Ciencias Naturales.

En esa línea, el equipo analizó de qué manera la evidencia genética podía dar cuenta del impacto de ese cambio climático en las poblaciones humanas de la época, y observó la forma sorprendente en que “los tiempos de divergencia de prácticamente todos los sublinajes de Q-M848 caen dentro del período de tiempo del Younger Dryas, sugiriendo que este evento pudo haber actuado como fuerza impulsora de su expansión y diversificación. Por otro lado, podría haber causado una baja de los linajes Q-Z780 y Q-F4674, y estos podrían ser parte de linajes mucho más antiguos que estuvieron cerca de la extinción pero lograron sobrevivir y conservarse entre los linajes nativos americanos modernos, aunque en baja frecuencia”, subraya para finalizar.

Sobre esta investigación:

Paula B. Paz Sepúlveda. Doctora en Ciencias Naturales.

Marina Muzzio. Investigadora asistente. IMBICE.

Graciela Bailliet. Investigadora principal. IMBICE.

Referencia bibliográfica:

Paz Sepúlveda, P. B., Mayordomo, A. C., Sala, C., Sosa, E. J., Zaiat, J. J., Cuello, M., ... & Bailliet, G. (2022). Human Y chromosome sequences from Q Haplogroup reveal a South American settlement pre-18,000 years ago and a profound genomic impact during the Younger Dryas. Plos one, 17(8), e0271971. DOI: https://doi.org/10.1371/journal.pone.0271971

Crédito: Marcelo Gisande, www.conicet.gov.ar

El CONICET lamenta el fallecimiento de Néstor Oscar Bianchi

Fundador del IMBICE, fue investigador superior del CONICET y considerado uno de los principales y más eminentes genetistas de Argentina

El CONICET lamenta el fallecimiento de Néstor Oscar Bianchi, quien fuera investigador superior del CONICET y fundador en 1974 del Instituto Multidisciplinario de Biología Celular (IMBICE, CONICET-UNLP-CICPBA), espacio de investigación que dirigió hasta el 2000. Reconocido genetista argentino, y referente de esa disciplina a nivel nacional e internacional, desde el IMBICE destacaron también su labor científica y calidad humana.

Ciudadano ilustre de La Plata, ciudad en la que nació el 18 de abril de 1931, Bianchi era doctor en Medicina por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Fue profesor de la cátedra de Citología de la UNLP, de Genética Molecular de Eucariontes en el curso de Máster en Genética del Instituto Nacional de Tecnología Aplicada (INTA Pergamino) y Profesor Visitante de las universidades de Louisiana y San Francisco, Estados Unidos, y Helsinki, Finlandia.

Desde el IMBICE destacaron que “su gestión como director se caracterizó por el gran interés en el crecimiento del instituto en todos los aspectos, y por brindar apoyo a todo aquel que lo necesitara, ya sea en forma de ideas o de recursos económicos para poder llevar a cabo las investigaciones científicas. Su impacto en la historia del IMBICE fue de tal magnitud que resulta imposible hacer referencia al instituto sin mencionar al doctor Bianchi. También fue el gestor y ejecutor de la actividad de investigación científica en Tierra del Fuego, donde fue director del Programa de EcoGenética, con lo que inició su actividad en el Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC, CONICET)”.

Su profusa labor científica se vio reflejada en sus casi 300 publicaciones sobre diversos temas relacionados con la genética; y en la formación de numerosos/as tesistas doctorales, de grado, becarios/as e investigadores/as, muchos/as de los cuales continúan en actividad, tanto en el IMBICE como en otras instituciones científicas locales y del exterior. Realizó aportes significativos en las áreas de estructura y función de los cromosomas humanos y animales; daño inducido a nivel cromosómico y molecular por radiaciones y agentes químicos; mecanismos de determinación sexual; evolución cromosómica; carcinogénesis; antropología y genética molecular; poblacional humana y aspectos éticos y legales de la genética. Fue sin dudas uno de los investigadores de mayor prestigio a nivel local e internacional en genética y pionero de la citogenética en Argentina y en Latinoamérica.

Obtuvo numerosas becas nacionales e internacionales y fue miembro de distintas instituciones nacionales e internacionales, incluyendo la Sociedad Médica de la Plata; la Sociedad Argentina de Diabetes; la Sociedad Argentina de Genética; la American Society for Human Genetics; y la New York Academy of Sciences, siendo además Académico Correspondiente de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (ANCEFN) y Miembro de la Academia Latinoamericana de Ciencias. Su gran jerarquía científica lo llevó a trabajar junto a destacados investigadores en el área de la genética, tales como Lima de Faría, Albert de la Chapelle, Gerald Holmquist y James Cleaver, entre otros.

Su destacada labor en el campo de la investigación científica le permitió obtener numerosos premios, entre ellos el “Premio Rubén Cherny”, el “Premio Konex” en el Área de Genética y Citogenética, y el “Premio Ángel Gallardo 1986-1988” otorgado por la ANCEFN. Asimismo, fue designado Doctor Honoris Causa de la Universidad Central de Ecuador.

Desde el IMBICE destacaron: “Sin dudas, el gran legado científico y humano del doctor Bianchi permanecerá en la memoria de todos los que tuvimos oportunidad de compartir con él nuestra trayectoria científica”. En ese sentido recordaron las palabras que él mismo escribió en una reseña de su actividad científica: “Espero tener el privilegio de persistir en el recuerdo de otros cuando mi tiempo se haya acabado”.

Científicos y científicas del CONICET reflexionan sobre el Premio Nobel de Medicina otorgado al fundador de la paleogenómica

Graciela Bailliet, Rolando González-José y Rodrigo Nores explican por qué Svante Pääbo fue laureado hoy.

Por: Cintia Kemelmajer

Ilustración: Niklas Elmehed © Nobel Prize Outreach

¿De dónde venimos y cómo nos relacionamos con los que nos precedieron? ¿Qué hace a los Homo sapiens diferentes de otros homínidos? Por sus descubrimientos sobre los genomas de los homínidos extintos que permitieron responder estas preguntas sobre la evolución de la humanidad, esta mañana la Academia Sueca decidió otorgar el Premio Nobel de Medicina 2002 a Svante Pääbo. Este científico logró algo aparentemente imposible: secuenciar el genoma neandertal, un pariente extinto de los humanos actuales. También descubrió un homínido previamente desconocido: los denisovanos. “Es importante destacar que Pääbo también descubrió que se había producido una transferencia de genes de estos homínidos ahora extintos a Homo sapiens tras la migración fuera de África hace unos setenta mil años. Este antiguo flujo de genes a los humanos actuales tiene relevancia fisiológica hoy en día, por ejemplo, afectando la forma en que nuestro sistema inmunológico reacciona a las infecciones”, destacó la Academia Sueca sobre las razones de este galardón.

La investigación fundamental de Pääbo dio lugar a una disciplina científica completamente nueva, llamada paleogenómica, que permitió la historia evolutiva de nuestra especie y revelar las diferencias genéticas que distinguen a todos los humanos vivos de los homínidos extintos. Básicamente, sus descubrimientos proporcionaron la base para explorar lo que nos hace únicamente humanos.

“Creo que con este galardón se está premiando la perseverancia en el estudio de los genomas antiguos, de la apertura de una línea de investigación nueva que hoy conocemos como paleogenómica. La Academia Sueca está reconociendo su formación de recursos humanos, el desarrollo de metodologías y aspectos técnicos, y los hallazgos que derivaron de estudiar los genomas antiguos”, indica Rolando González-José, investigador del CONICET en el Instituto Patagónico de Ciencias Sociales y Humanas (IPCSH-CENPAT) y actual director del Centro Nacional Patagónico (CENPAT-CONICET), que desarrolla sus estudios en el campo de la genómica de poblaciones y conoció a Pääbo en los tempranos 2000, mientras cursaba su doctorado en Barcelona. “Sus charlas siempre fueron muy estimulantes, no imaginaba que obtendría el Nobel, pero viéndolo en perspectiva me parece un reconocimiento muy merecido”, asegura.

“Su contribución a la paleogenómica es fundamental – continúa González José-. Fue el promotor de pensar cómo estudiar el ADN antiguo, cuáles son los estándares de calidad, cómo transformar esa información en algo reconocido, contrastable, con protocolos de calidad. No solo le debemos su impulso sino también el orden metodológico que le dio al campo. Una vez que se alcanzó ese piso mínimo de calidad que él otorgó, las investigaciones permitieron reconstruir el acervo genético de las especies homínidas más emparentadas con la nuestra”.

González-José se sorprendió con la noticia de que la Academia Sueca decida otorgarle el máximo galardón de Medicina, ya que “el campo a la genética de poblaciones humanas no se asocia directamente con esa disciplina científica. Por lo tanto es una noticia muy agradable para quienes trabajamos en esas disciplinas, porque creemos que la comprensión de la evolución es inseparable de la comprensión de los rasgos que nos definen como humanos. En esa comprensión están las enfermedades, que tienen también su propio abordaje desde el punto de vista de la diversidad genética dentro de las poblaciones y entre distintas poblaciones humanas”.

Rodrigo Nores, investigador del Instituto de Antropología de Córdoba (IDACOR; CONICET-UNC) y colaborador de uno de los discípulos de Svante Pääbo que trabaja en la Universidad de Harvard, coincide en la sorpresa: “Me resultó inesperado, porque su principal aporte no está en la Medicina ni en la Fisiología, sino en el conocimiento de nuestra propia historia, pero de todas maneras creo que eso amerita este premio. Pääbo es sin dudas el padre de la disciplina que es la paleogenómica. Ha trabajado en esto durante más de treinta años y estableció las primeras pautas de trabajo para recuperar ADN de muestras antiguas. Al ser restos esqueletales de miles o decenas de miles de años, el ADN disponible en estas muestras de origen arqueológico es muy poco y está degradado, y presenta el riesgo de contaminación con ADN humano moderno. Entonces Pääbo fue el pionero, a fines del siglo pasado y principios del 2000, en el desarrollo de los métodos para superar estas limitaciones. Inicialmente la disciplina se conocía como paleogenética, y sólo se analizaban secuencias de ADN muy pequeñas, y derivaron en la paleogenómica, que permite conocer la totalidad del genoma. Fue un salto sustancial en la cantidad de información a obtener de una muestra”.

Nores continúa: “Esta disciplina ha tenido un desarrollo muy grande en los últimos diez o doce años, y permitió a partir de avances tecnológicos, teóricos, de estadística y de análisis computacional, conocer muchísimo de la historia de nuestra especie y de estos otros homínidos. En este premio Nobel que le otorgan vinculan esos aspectos con la Medicina, con las implicancias fisiológicas y médicas que tiene el conocimiento de los genomas”, reflexiona.

Asimismo, explica que la paleogenómica es una disciplina dentro de la antropología biológica que se ocupa del estudio de la historia evolutiva de nuestra especie, Homo sapiens, y de otras especies de homínidos extintos como son los neandertales, a través del estudio del ADN antiguo. “El ADN antiguo es el que se extrae de restos de estas especies, ya sea de huesos o de dientes, y permite analizar el origen de las poblaciones, procesos migratorios y de mestizaje, vínculo biológico entre individuos, y otras cuestiones -dice-. Dentro de la paleogenómica, Pääbo merece sin dudas un Premio Nobel”.

Por su parte, Graciela Bailliet, investigadora del CONICET del Instituto Multidisciplinario de Biología Celular (IMBICE, CONICET-UNLP-CICPBA) que colaboró hace unos años en un paper, publicado en la revista Nature, junto con el científico premiado, recuerda: “Fue un gran honor compartir ese trabajo con él”. Además, indica: “Él es una persona realmente destacada en la genética humana. Por iniciar, fue uno de los fundadores de analizar las poblaciones antiguas, el ADN antiguo y todos sus trabajos han sido sumamente importantes para conocer qué pasa con el ser humano en su evolución y su dispersión por el mundo. El trabajo que realizó sobre neandertales es realmente impresionante, porque es un resto de mucha antigüedad. El trabajo fue impactante porque permitió a la humanidad tener nuevos conocimientos que no teníamos hasta ese momento. Es como que nos abrió los ojos a la complejidad del ser humano y los neandertales en este planeta. Por eso celebro que le den este galardón, porque es una persona destacable”.

¿Quién es Svante Pääbo? Nació en 1955 en Estocolmo, Suecia. Defendió su tesis doctoral en 1986 en la Universidad de Uppsala y fue becario postdoctoral en la Universidad de Zürich, Suiza y más tarde en la Universidad de California, Berkeley, EE. UU. Se convirtió en profesor en la Universidad de Munich, Alemania en 1990. En 1999 fundó el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, Alemania, donde todavía está activo. También ocupa un puesto como profesor adjunto en el Instituto de Ciencia y Tecnología de Okinawa, Japón.

Crédito: Cintia Kemelmajer, www.conicet.gov.ar

Con fondos del Estado Nacional se construirán tres nuevos edificios para centros e institutos del CONICET La Plata

Se trata de las sedes para el IGEVET y el IFLYSIB, de dependencia compartida con la UNLP, y el IMBICE, gestionado junto a la casa de estudios local y la CICPBA

Futuro edificio del IMBICE

Tras el anuncio realizado días atrás por el presidente Alberto Fernández, el Estado Nacional impulsará un plan de financiamiento para el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología que implica una inversión de 12.046.655.957 pesos para la construcción y refacción de 72 obras de edificios del CONICET en 21 provincias del país. En ese marco, tres centros e institutos dependientes del CONICET La Plata tendrán nuevas sedes. Es el caso del Instituto de Genética Veterinaria “Ing. Fernando Noel Dulout” (IGEVET, CONICET-UNLP); el Instituto de Física de Líquidos y Sistemas Biológicos (IFLYSIB, CONICET-UNLP); y el Instituto Multidisciplinario de Biología Celular (IMBICE, CONICET-UNLP-CICPBA).

Las nuevas sedes del IGEVET y el IFLYSIB estarán ubicadas en el denominado Bosque Este platense, detrás de las vías del tren universitario, un sector que ya cuenta con numerosos edificios de centros e institutos de investigación y facultades de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). En tanto, el nuevo espacio para el IMBICE estará ubicado dentro del campus de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires (CICPBA), en Camino Centenario y 506, Gonnet.

El edificio del IGEVET tendrá 1.473 m2, una planta baja y dos pisos, y demandará una inversión de más de 300 millones de pesos. El del IFLYSIB también contará con tres niveles, con 1.456 m2 y una inversión de 291 millones de pesos. Por su parte, el del IMBICE tendrá 1.911 m2 y su obra demandará una inversión de 394 millones de pesos.

Crédito: Prensa CCT-La Plata – CONICET

Las múltiples tareas del primer laboratorio de genética forense de La Plata

Funciona desde hace más de 25 años en el IMBICE y está integrado por expertas del CONICET. Colaboran con la Justicia civil y organismos públicos y privados, como también a pedido de abogados de particulares

Lidia Arbeletche de Vidal Rioja -izquierda- junto a su equipo. Fotos: gentileza investigadora.

Todos los organismos vivos y los seres humanos en particular son genéticamente idénticos unos de otros en más de un 99 por ciento, pero hay una pequeña porción del genoma en la que se diferencian por completo lo que, por ende, hace a cada ser único. Ese fragmento genético que no alcanza el 1 por ciento se constituye como un paquete de datos valioso a la hora de determinar desde linajes ancestrales para poder establecer de qué manera las poblaciones del pasado migraron y se distribuyeron por el mundo hasta la identificación de individuos en el ámbito forense, ya sea para confirmar o descartar una paternidad, como para determinar la culpabilidad o inocencia del sospechoso de un acto criminal, o la identidad de una víctima.

A esto último se dedica el Laboratorio de Identificación Genética del Instituto Multidisciplinario de Biología Celular (IMBICE, CONICET-UNLP-CICPBA) que funciona desde 1995, cuando se convirtió en el primer espacio dedicado a la genética forense de La Plata. “En aquellos tiempos, el tipo de estudios que realizamos no era tan común, y junto a una de mis tesistas de entonces, María Noelia Tourret, nos propusimos de algún modo devolver a la sociedad el conocimiento que habíamos adquirido en la universidad, haciendo un aporte desde la medicina forense, algo que no se conocía demasiado ni por la comunidad ni por la Justicia”, apunta la investigadora del CONICET en el IMBICE Lidia Arbeletche de Vidal Rioja, una de sus fundadoras.

Poco tiempo después de su conformación, a pedido de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, el laboratorio fue partícipe de una investigación que acaparó la atención nacional: el asesinato del reportero gráfico José Luis Cabezas. El cuerpo del trabajador de prensa fue hallado calcinado dentro de su vehículo en proximidades del partido bonaerense de General Madariaga y, por el estado en el que se hallaba, su reconocimiento requirió la comparación del perfil genético de muestras de su ADN con el de los padres para establecer su identidad. “Eso significó un gran progreso para los investigadores del caso porque les permitió avanzar con la resolución del mismo, y a nosotras nos dio mucha visibilidad ya que, a partir de ese estudio, poco después fuimos convocadas por la Justicia provincial para identificar a los ocupantes de un automóvil yacentes durante dos años en el fondo del Riachuelo”, cuenta la experta.

Desde 2003, el laboratorio forense del IMBICE cuenta con la autorización y calificación de Servicio Tecnológico de Alto Nivel (STAN) del CONICET, y en la actualidad presta servicios tanto a solicitud de la Justicia civil como de organismos públicos y privados y abogados de particulares fundamentalmente en análisis de paternidad, hermandad u otros parentescos biológicos, identificación de restos humanos, así como también en pericias de vestigios biológicos procedentes de escenarios delictivos.

Para resolver cualquiera de esas incógnitas los responsables del servicio utilizan marcadores genéticos denominados STR (por las siglas en inglés de Cortas Repeticiones en Tándem) consistentes en fragmentos relativamente cortos de la secuencia genética que se repiten un número variable de veces. “Son altamente variables, heredados de ambos padres y existen en la secuencia de ADN de los cromosomas somáticos, es decir los no sexuales, y de los sexuales X e Y, heredados por vía materna y paterna, respectivamente. Del análisis de los primeros se obtiene un perfil de datos único de una persona en el que cada marcador presenta un mínimo de dos variantes, o alelos, heredadas de cada progenitor. La comparación entre los diferentes perfiles de un estudio podrá mostrar compatibilidad o diferencias biológicas entre los individuos analizados, las que posteriormente permitirán confirmar o excluir un vínculo de parentesco  así como imputar o exonerar al sospechoso o sospechosa de un delito”, explica.

“El análisis de polimorfismos o variaciones Y-STR que los varones heredan de su padre, además de ser útiles en la confirmación de una paternidad o en la desestimación de un imputado por abuso sexual, permitirá identificar a todos los varones de un linaje paterno no importa que tan atrás en la historia llegue el estudio. Los varones tienen un único cromosoma X que heredan de su madre y transmiten a todas sus hijas mujeres. Por lo tanto, en un estudio de hermandad o media hermandad se espera que las hijas de un mismo varón compartan al menos un alelo de todos los X-STR analizados, pero si ello no ocurre para al menos un marcador se puede descartar que procedan de un mismo padre”, agrega.

Laboratorio especializado en el estudio del ADN mitocondrial

“Así como el cromosoma Y se hereda de padres a hijos varones, en las mujeres también hay una herencia de ADN exclusiva por vía femenina”, explica Arbeletche de Vidal Rioja, y añade: “Las madres transmiten ADN mitocondrial a todos sus hijos, pero solo las mujeres lo pasan a la generación siguiente. Esto permite identificar linajes maternos de un mismo origen”.

Este ADN mitocondrial se encuentra en las mitocondrias, que son unas organelas ubicadas en el citoplasma que recubre a las células a las que le aportan energía química. “Cada mitocondria tiene su propio genoma en cantidades de cientos a miles. En un estudio donde nos piden averiguar la relación entre una persona conocida donante de una muestra de referencia y el titular desconocido de una muestra de pelo cuyo ADN nuclear (proveniente del núcleo) es muy escaso además de degradado, recurrimos al análisis de regiones de secuencias hipervariables del genoma mitocondrial de las dos muestras. Así, obtenemos los perfiles de sus linajes y los comparamos. Si vemos que ambas secuencias mitocondriales difieren en dos o más nucleótidos significa que no pertenecen al mismo linaje mitocondrial, y por lo tanto podemos concluir en forma muy precisa que la persona de referencia no es ni está relacionada por vía materna con el donante de la muestra pilosa”, dice la experta.

Para finalizar, Arbeletche de Vidal Rioja cuenta que el trabajo que realiza junto a su equipo de “profesionales idóneas y muy activas” no termina en el análisis de las muestras: “Luego de esa etapa, sobreviene otra de interpretación y valoración de los datos, para lo cual se recurre a herramientas de estadística genética, con las que se evalúan las probabilidades de que las coincidencias de los perfiles genéticos comparados no sean producto del azar, o sea que permiten concluir el grado de certidumbre que tienen los resultados del estudio”, puntualiza.

Por Marcelo Gisande. (Prensa CCT-La Plata, CONICET)

Sobre investigación:

Lidia Arbeletche de Vidal Rioja. Investigadora principal ad honorem. IMBICE.

Florencia Di Rocco. Investigadora CICPBA. IMBICE.

Melina Anello. Becaria postdoctoral. IMBICE.

María Silvana Daverio. Becaria CICPBA. IMBICE.

Miriam Silbestro. Técnica principal. IMBICE.

El investigador del CONICET La Plata Mario Perelló recibirá el Premio Houssay

Se trata de uno de los máximos galardones que otorga el ministerio de Ciencia. El experto es el actual director del Instituto Multidisciplinario de Biología Celular de nuestra ciudad

Mario Perelló. Foto: gentileza investigador.

Como todos los años, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación dio a conocer el listado de investigadores que serán galardonados con el Premio Houssay, una de las máximas distinciones que se otorgan en nuestro país a los exponentes más destacados del campo científico. Entre los cuatro expertos reconocidos se encuentra el investigador principal del CONICET La Plata Mario Perelló, director del Instituto Multidisciplinario de Biología Celular (IMBICE, CONICET-UNLP-CICPBA), por el área de Ciencias de la Salud.

Doctor en Bioquímica por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Perelló realizó una estadía de seis años en Estados Unidos y a su regreso al país en 2010 se incorporó al IMBICE. Su línea de investigación se basa en el estudio de los circuitos neuronales y los mecanismos moleculares a través de los cuales la hormona ghrelina regula la respuesta al estrés y el apetito.

Autor de 92 publicaciones científicas de gran impacto internacional –con más de 3.400 citas– y dos capítulos de libros, fue distinguido como Miembro del Comité Editorial de distintas revistas, como Frontiers in Endocrinology and Neuroscience, Frontiers in Neuroscience and Nutrition y Journal of Neuroendocrinology. Además de su producción científica, Perelló es formador de recursos humanos de alta calidad, algo que se evidencia en la actualidad, ya que se encuentra dirigiendo cuatro tesis doctorales, un investigador y seis becarios del CONICET.

Cabe destacar que durante la ceremonia, a desarrollarse a mediados de diciembre, uno de los cuatro investigadores galardonados con el Houssay se hará acreedor a la Distinción Investigador/a de la Nación Argentina edición 2020, máximo reconocimiento que otorga el Estado Nacional en este campo.

Crédito: Prensa CCT La Plata – CONICET